Petróleo y Fed, economía a corto plazo

Petróleo y Fed, entre los factores que pueden impactar la economía a corto plazo

Las proyecciones entre 1,6% y 1,8% para este año distan mucho del crecimiento potencial de 4,4% que puede alcanzar la economía nacional.

Andrés Octavio Cardona – acardona@larepublica.com.co

Con un 2017 a punto de finalizar, en el que entidades multilaterales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial o, a nivel local, el Banco de la República estiman que la economía cerrará el año entre 1,6% y 1,8%, muy por debajo de las dinámicas presentadas durante los últimos períodos, 2018 podría ser el puntapié que marque la recuperación gradual del entorno nacional, influenciado por factores como alzas en el precio del petróleo, aumentos en las tasas de los tesoros de Estados Unidos o la recuperación del PIB potencial del país.

Precio del petróleo

Uno de los principales ítems que puede beneficiar a la economía nacional a corto plazo es el incremento de los precios internacionales del petróleo, ya que usualmente cuando su costo baja, la divisa estadounidense aumenta, lo que provoca que el país reciba menos divisas y, por ende, se incrementen los precios de productos de importación.

Es así que su comportamiento es de especial importancia pues, aunque recientemente ha fluctuado entre US$46 y US$51, incluso, ya ha tocado los US$57, el año pasado la referencia estadounidense WTI cayó hasta US$26 por barril cuando un año antes valía hasta US$107.

No obstante, a corto plazo se prevé que los precios del crudo sigan esta tendencia alcista gracias al equilibrio del mercado y los compromisos de reducir la oferta de la Opep sumado al estancamiento en la producción de combustibles no convencionales en conjunto con la reducción de inventarios. Los escenarios más positivos sitúan a un barril cercano a US$60,1 en 2018.

De acuerdo con previsiones de Bancolombia, factores como la reducción en los costos de producción por la eficacia de mejores tecnologías y el bajo costo del capital ayudaron a que la explotación de combustibles no convencionales subiera y la búsqueda de energías renovables se convirtiera en política pública de muchos países, por lo que es difícil proyectar que los precios del crudo vuelvan a los picos máximos de 2014. Un descenso progresivo que se vio impactado por factores estructurales que de emplearse de una manera diferente, hubiesen sido menos dramáticos y estabilizado la referencia WTI en un aproximado de US$70 y US$80 por barril.

Aumento en las tasas de los Tesoros

Por otro lado, mercados emergentes como el colombiano ven impactados sus variables financieras por las decisiones de la Reserva Federal al frente del recién nombrado Jerome Powell. Prueba de ello, es el Taper Tantrum de 2013, episodio en el que la reducción del ritmo de crecimiento del balance, influenciado por menos recursos mensuales destinados a la compra de bonos,
provocaron un ajuste en los mercados y monedas regionales. En conjunto con esta decisión y la caída de los precios del petróleo que empezaba por entonces, la tasa de cambio registró una devaluación de $466 entre enero y diciembre de 2014 mientras que la prima de riesgo de Colombia incrementó y registró un alza de 26 puntos básicos en el Credit Default Swaps.

Sin embargo, en 2016 y 2017 la curva de rendimientos se ha aplanado y la diferencia entre los rendimientos de los bonos con vencimiento a siete años y tres meses se ha reducido, acompañado de una revaluación del tipo de cambio en $130. Esta situación también ha influenciado que la participación de extranjeros en el mercado de capitales nacional incrementara hasta 25,7% en la actualidad.

Pero ¿cómo reaccionaría el mercado colombiano ante un nuevo aumento de tipos? El Grupo Bancolombia plantea dos escenarios posibles.

En el primero de ellos, el rendimiento de los Tesoros a 10 años pasaría de 2,42% a 2,87% entre diciembre de 2017 y diciembre de 2018. Mientras tanto, en el escenario alternativo, se proyectan tasas de interés más elevadas, de hasta 50 puntos básicos superior al pronóstico base para alcanzar a diciembre de 2018 una tasa de 3,37%.

De este modo, un aumento más pronunciado en los rendimientos de los Tesoros a 10 años se asociaría con un deterioro de la prima de riesgo de Colombia y una mayor depreciación del tipo de cambio que ubicarían en niveles más altos la tasa de cambio, lo cual se explica por movimiento de
los flujos de capital y por aumentos en esta prima.

El alza implicaría un aceleramiento de la actividad económica nacional vía actividad real y ganancias superiores por rendimientos mayores a los que espera el mercado. Como valor agregado, la actividad exportadora también crecería. No obstante, sucesos con inferencia directa en la geopolítica de Estados Unidos pueden cambiar estas proyecciones que incluyen la revisión de acuerdos comerciales con otros países y cambios en su política económica.

PIB potencial de Colombia

Otro punto importante es la evolución del PIB nacional, en el cual se alcanza una expansión potencial cuando la economía logra una mayor efectividad de sus factores de producción, que incluyen los capitales físicos y humanos. Esto no significa que exista cero desempleo sino que se enfatiza en la política económica contracíclica que se impulsa cuando la brecha del crecimiento es
negativa y se modera cuando crece por encima de las expectativas.

Las proyecciones de 1,6%-1,8% para este año distan mucho del crecimiento potencial de 4,4% alcanzado en 2014, fortalecido por el crecimiento de la población económicamente activa a niveles de 1,8% y la reducción de 11 puntos porcentuales en la tasa de desempleo. Es así que también impactado por las caídas en los precios del petróleo y los commodities que han limitado
la inversión en el país, se ha estancado la progresión en los capitales físico y humano y el crecimiento potencial de Colombia ha descendido en la actualidad a 3,3%, lo que señala que el rendimiento proyectado para este año estará muy por debajo de lo que se puede alcanzar.

Para elevar de nuevo este potencial es clave fortalecer los proyectos de infraestructura que elevan la competitividad de múltiples sectores en el largo plazo, la eliminación de barreras arancelarias que incentiven la inversión, ampliar ofertas de educación para cualificar el capital humano y la mano de obra, así como una implementación exitosa del proceso de paz que atraiga inversores a nuevos sectores, más allá del área extractiva.

Escenarios que plantea el Grupo Bancolombia señalan que para alcanzar un crecimiento potencial nuevamente de 4,4%, en los próximos cinco años y suponiendo que la inversión crezca a 6% anual, la productividad debería crecer 0,6%, algo que solo ha ocurrido en cuatro de los últimos 16 años.

En cambio, y suponiendo una caída en la productividad de 0,4%, la inversión debería crecer 20%, una situación que no ha ocurrido en el siglo XXI.

Un camino más factible y que se ha materializado de manera más frecuente, de acuerdo también con el Grupo Bancolombia, incluye una inversión anual cercana a 10% y una productividad por año que se expandiese en promedio 0,3%. La primera condición se ha cumplido en 63% de los casos, mientras que la segunda 38% de las veces, porcentajes mucho mayores a los anteriores y por tanto más posibles para elevar el PIB potencial.

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